Lo conocí hace como 8 ó 9 años atrás. Trato de hacer memoria, pero no me acuerdo bien como nos conocimos, pero creo que de un principio intuí que se transformaría en una relación enfermiza.
Y así ha sido a lo largo de estos años, una relación interminable, intermitente, que entra y sale de mi vida y me ha causado mucho daño, porque siempre esta ahí y por más intentos que he hecho, de una manera u otra vuelvo a caer. Tengo claro que la weona soy yo, porque se lo permito. Incluso muchas veces lo he buscado yo, pensando que esta vez será distinto.
Esta es una de esas historias llena de ires y venires, de miles de empezar de cero, de tantas veces decir basta. He intentado sacarlo de mi vida, demasiadas veces, pero el insiste en volver, me persigue, se me acerca, no me deja tranquila, me busca, me insiste, promete que esta vez haremos las cosas bien, que no vamos a caer de nuevo, que por fin estaremos tranquilos, porque ya somos maduros... Que ya sabemos cuales fueron los errores. Siempre lo mismo. Y yo le vuelvo a creer. Y dejo todo de lado. Y me doy cuenta del error, cuando ya es tarde.
Había estado relativamente tranquila, pero lo sentía en el aire. Había estado recibiendo algunas señas, algunos detallitos. Hasta que ayer tuve la certeza. Son tantos años juntos que presiento incluso sus intenciones de acercarse.
"Ha pasado mucho tiempo, estás distinta. Sé que las cosas entre nosotros irán bien esta vez. Tengo la certeza. Lo veo en tus ojos. Confía en mí".
Y así ha sido a lo largo de estos años, una relación interminable, intermitente, que entra y sale de mi vida y me ha causado mucho daño, porque siempre esta ahí y por más intentos que he hecho, de una manera u otra vuelvo a caer. Tengo claro que la weona soy yo, porque se lo permito. Incluso muchas veces lo he buscado yo, pensando que esta vez será distinto.
Esta es una de esas historias llena de ires y venires, de miles de empezar de cero, de tantas veces decir basta. He intentado sacarlo de mi vida, demasiadas veces, pero el insiste en volver, me persigue, se me acerca, no me deja tranquila, me busca, me insiste, promete que esta vez haremos las cosas bien, que no vamos a caer de nuevo, que por fin estaremos tranquilos, porque ya somos maduros... Que ya sabemos cuales fueron los errores. Siempre lo mismo. Y yo le vuelvo a creer. Y dejo todo de lado. Y me doy cuenta del error, cuando ya es tarde.
Había estado relativamente tranquila, pero lo sentía en el aire. Había estado recibiendo algunas señas, algunos detallitos. Hasta que ayer tuve la certeza. Son tantos años juntos que presiento incluso sus intenciones de acercarse.
"Ha pasado mucho tiempo, estás distinta. Sé que las cosas entre nosotros irán bien esta vez. Tengo la certeza. Lo veo en tus ojos. Confía en mí".
Y pienso.... - Dicom maricón, esta vez si que no me la haces de nuevo. Juntos pero no revueltos.
"¿Dónde tengo que firmar?"
Me cagué de la risa. Me recordaste a un amigo que siempre que lo amenazaban con tirarlo a Dicom por una deuda, siempre respondía. ¡Hazlo weón! qué me hace otro más
ResponderEliminarBuenas... por lo visto, te has mantenido bastante ocupada este tiempo...
ResponderEliminarDe tu post anterior, sipo... bien largo, pero también me hizo recordar nis tiempos de cabro chico, aunque no con fechas...
Del pelmazo, nada que decir... bastante mariconcito al decirte
eso de que "lo tenías planeado..."
aaah!!!
Sabes? aun no encuentro La lengua de las mariposas...
Saludos!!!
PS: también necesito un yasta!!